Las condiciones generales establecen el marco de referencia para el seguro a contratar. Las condiciones generales de la póliza deben estar autorizadas por la Superintendencia de Valores y Seguros, lo que se indica al inicio de éstas (inscrita en Registro de Pólizas bajo el código POL xxxxxx). De esta forma, las condiciones generales son estándar para el producto contratado y por lo tanto, para un cierto tipo de seguro son iguales para todos los clientes.


En las condiciones generales se incluye:

  • Definiciones de términos técnicos usados en la póliza, como por ejemplo, pérdida total, valor comercial, etc.
  • Detalle de coberturas o riesgos cubiertos incluidos (por ejemplo, incendio o inundación, en el seguro de casa).
  • Detalle de exclusiones o situaciones no cubiertas por el seguro (por ejemplo, accidentes por practicar deportes peligrosos sin declararlos, en un seguro de vida).
  • Límites: son los montos máximos a cubrir por parte de la compañía.
  • Obligaciones del asegurado: son las responsabilidades del asegurado, como por ejemplo, hacer denuncio en Carabineros después del siniestro, proteger el bien siniestrado, etc.
  • Arbitraje: establece la forma de proceder cuando haya diferencias de interpretación de la póliza, entre el contratante o asegurado y la compañía de seguros.


Una vez recibida la póliza, se debe revisar que incluya todas las coberturas de la propuesta, es decir, que las condiciones corresponden a las acordadas, y la persona o bien asegurado esté correctamente identificado.

Es importante guardar la póliza, por si se tiene que hacer uso del seguro en caso de siniestro.

A modo de resumen, al analizar una póliza se debe revisar:

  • La correcta identificación de persona o bien asegurado y beneficiarios.
  • La vigencia del contrato.
  • Las coberturas.
  • Las exclusiones y riesgos no cubiertos.
  • Qué otros beneficios se ofrecen.
  • El monto máximo establecido para cada siniestro.
  • Los deducibles.
  • El monto y forma de pago de la prima.